Un tema central de la cooperación para el clima es la consolidación de una cadena de creación de valor para el cacao de alta calidad cultivado en el lugar, planteada como alternativa al cultivo ilegal de la coca. Desde el comienzo del proyecto se plantaron, en fincas de cerca de 100 familias, variedades de cacao aromático, que actualmente se hallan en fase de injerto. El cacao se encuentra desde hace dos años en proceso de obtener la certificaciones de cultivo orgánico y comercio justo, que, según lo previsto, finalizará en 2016. Complementariamente, se fundaron dos cooperativas dedicadas al cacao y se creó un sistema de control interno. En relación con el proyecto del cacao, se han celebrado sobre el terreno numerosos cursos y actividades de capacitación para los agricultores y los promotores.
El cacao se emplea en la producción de chocolate de comercio justo, que se comercializará exclusivamente en el municipio contraparte alemán. Las primeras tabletas de prueba tuvieron una excelente acogida y se agotaron rápidamente.
Paralelamente, está previsto reemplazar los contaminantes generadores diésel que actualmente proporcionan el inestable suministro eléctrico de Solano, por energías renovables: energía hidráulica y, sobre todo, instalaciones fotovoltaicas sin conexión a red (las Energy Boxes). Entretanto, ha empezado a funcionar en la localidad principal de Solano una instalación fotovoltaica de gran tamaño; asimismo, cinco escuelas rurales de distintas aldeas de Solano cuentan también con sistemas fotovoltaicos. Las actividades formativas y el desarrollo de capacidades sobre el terreno son cruciales para la sostenibilidad de estas medidas.
En la cooperación se cuenta, además de con los pequeños agricultores, con la participación de grupos de población indígena y organizaciones de Solano, y con una serie de actores como la ciudad de Hanóver y su municipio contraparte colombiano Belén de los Andaquíes, que colinda con Solano.