El proyecto de los municipios contrapartes se centró en el fortalecimiento de las capacidades en el ámbito del turismo sostenible en los alrededores de Durban, con el fin de crear posibilidades adicionales de ingresos para los grupos de población desfavorecidos. En su ejecución había que tener en cuenta también las circunstancias locales y culturales, y poner al alcance de los viajeros experiencias distintas de las ofertas usuales de la forma lo más sostenible posible. Los productos artesanales elaborados por las mujeres de la zona sirvieron como una importante herramienta de marketing para promocionar el proyecto tanto en el exterior como dentro de la oferta turística en el propio país.
En 2016, durante un taller de lanzamiento realizado en Bremen, se pulieron los criterios de sostenibilidad del proyecto, se debatieron los pros y los contras de las certificaciones externas, y se definieron los grupos a los que iba dirigida la iniciativa. Al mismo tiempo, en Durban se mantuvieron conversaciones con empresas turísticas a fin de recabar información sobre sus necesidades, problemas y posibles impedimentos para la ejecución del proyecto. Las conversaciones pusieron de manifiesto diversos obstáculos que han dificultado hasta ahora el acceso de los empresarios al mercado, como por ejemplo el déficit de formación, los problemas de accesibilidad debidos al desarrollo insuficiente de las infraestructuras, y las escasas o nulas posibilidades de publicitar las ofertas.