Tras los primeros contactos en 2009, el contrato de cooperación se firmó en 2011. Desde entonces, la ciudad de Erfurt ha construido un centro para mujeres en Kati, y la asociación Amigos de Kati dirige allí con gran éxito un hogar infantil. Ambas dotaciones han sido posibles gracias al alto grado de compromiso cívico de Erfurt, y se financian fundamentalmente con donaciones. Solo era cuestión de tiempo que la administración municipal de Kati pidiera ayuda a Erfurt para uno de sus problemas más acuciantes. Un problema que afecta no solo a Kati y a Mali, sino a muchos países del Sur global: ¿qué hacer con la basura?
Según el censo, en 2009 la ciudad de Kati tenía 115 000 habitantes. Sin embargo, dado que no existe una oficina de empadronamiento, el número de personas no registradas es muy elevado, por lo que la población actual puede rondar los 200 000 habitantes. En Kati no existía un sistema regulado de eliminación de residuos, y mucho menos un sistema de recogida de basura como el que conocemos nosotros. Todo el mundo, incluidas las llamadas «empresas de retirada de residuos», de gestión privada, tiraba la basura en vertederos incontrolados que se extendían prácticamente por toda la ciudad.
A través del proyecto de cooperación se implementó un sistema sencillo que, en principio, permite la eliminación regulada de los residuos utilizando contenedores fabricados en su mayor parte en Mali, y un vehículo especial para transportarlos. Los contenedores se distribuyen por los barrios, y funcionan como «cubos de basura». Cuando están llenos, los residuos se trasladan a un almacén temporal. En un proyecto posterior, la basura se acumulará de manera definitiva en un vertedero fuera de la ciudad. La iniciativa estuvo acompañada por la creación de una empresa municipal de gestión de residuos, y la formación y cualificación de los empleados.