Se procuró que la intervención en el ecosistema existente sea mínima. La conversión gradual de las praderas en bosques permitió que la fauna y la flora se adaptaran a las nuevas condiciones. Para que las plantas jóvenes se impongan frente a la hierba agresiva de las zonas de pastoreo, se cuidaron durante dos años y se sustituyeron las plantas muertas. A lo largo de un periodo de contabilización de doce años, el proyecto absorbe unas 2 000 toneladas de CO2.
En el marco del proyecto, se organizaron dos actos informativos para la población local: por un lado, para los alumnos del instituto local, que ya está vinculado a Karlsruhe a través de un intercambio escolar sobre los temas de la repoblación forestal y el ecosistema forestal; por otro lado, para los residentes de la zona del proyecto, con el fin de sensibilizarlos sobre la relevancia de una repoblación forestal exitosa.
El compromiso proseguirá tras la finalización del proyecto. El gobierno local elegido en mayo de 2019 emplea a trabajadores para el mantenimiento, asegura el terreno a largo plazo y habla con la población local y en otros cantones sobre las experiencias positivas realizadas en el proyecto. De este modo, el proyecto ha aportado conocimientos y experiencia práctica como base para futuras reforestaciones.